Promover la equidad en el campo de las relaciones laborales no es solo una cuestión de justicia social sino también una necesidad en la configuración de cualquier empresa u organización.
Hoy, uno de los recursos más importantes de una empresa es su reputación, lo que hace que el cumplimiento de las normas que rigen los compromisos con la igualdad laboral sea beneficiosos e imprescindibles.
Un estudio de The Bottom Line en el 2019 precisó que la paridad en igualdad de condiciones, es decir; género, edad, nivel profesional; en los centros de trabajo incrementó la rentabilidad entre un 40% y un 65% en comparación con aquellas empresas que no tienen ese tipo de políticas.
Aunque siempre hablamos de igualdad en el trabajo, lo que realmente perseguimos es la igualdad de género, entendida como igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres. Para lograr la igualdad real en los puestos laborales, es necesario considerar las desventajas y discriminaciones que históricamente han sufrido las personas, provocadas por su propia cultura y tradiciones, como los roles y estereotipos de género, así como la estigmatización por edad.
La paridad en todos los niveles, especialmente en puestos directivos en las compañías, ha dado como resultado un aumento de precios en las acciones de las empresas en más de un 17%, de acuerdo con un estudio realizado por La Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2015) y las ganancias fueron casi el doble. Lo anterior
Las ventajas son evidentes. la equidad en el trabajo pretende acabar con la desigualdad, impulsando medidas y acciones que hagan que las reglas del juego sean iguales para hombres y mujeres, es decir, ambos con el mismo punto de partida en cuanto a derechos, oportunidades y trato.
¿Qué tipo de beneficios tiene la equidad laboral?
- Mayor productividad.
- Mejora del clima laboral.
- Reduce la brecha salarial.
- Prevenir y evitar el acoso sexual y por razón de sexo.
- Mejorar la imagen corporativa y marca de su empresa.
¿Cómo se aplica?
Para aplicarla en cualquier organización, debe existir un compromiso de la empresa con la igualdad real en la declaración de principios y código de ética. Esto fomenta y promueve la equidad en los equipos de trabajo.
Otra medida es ofrecer las mismas capacitaciones y oportunidades de promoción a hombres y mujeres.
Otro factor, que quizá puede ser obvio, pero es donde más se falla es en la equidad salarial. Es necesario garantizar que hombres y mujeres o cualquier colaborador que esté bajo las mismas condiciones tenga una igualdad retributiva dando el mismo valor a cada una de las funciones que desempeña, sin distinción alguna.
La diversidad empresarial y la capacidad de cada colaborador quedará demostrada y recompensada de acuerdo con su desempeño, sin considerar otros factores.
El proceso depende de diversos factores sociales, culturales, legales y, además, debe condicionar la actividad de la organización, desarrollando las políticas y procedimientos necesarios para su integración en los procesos diarios y estableciendo controles necesarios para garantizar su cumplimiento.